Como el branding personal puede ayudar a tu bufete de abogados
Con la irrupción imparable de las herramientas digitales en el insondable marco de Internet, emergió, no de forma paralela y automática sino en una fase ya 2.0 de la evolución tecnología, el concepto de branding personal. Lo que entendemos como huella digital. Nuestro legado en el ciberespacio. Lo que fuimos, somos y lo que pretendemos ser como profesionales de nuestro sector.
Así es el actual mundo en el que vivimos. Una exposición pública nunca antes registrada en la historia. Cualquier usuario puede ahora investigar sobre nosotros y nuestro bagaje personal y profesional en busca de anomalías que desaconsejen contratarnos. O al bufete al que representamos. Peligroso desde determinados puntos de vista; Justo y honesto dicen otros. No hay que olvidar que la imagen corporativa de los despachos profesionales va ligada indisolublemente al branding personal de sus empleados.
Trabaja tu marca personal y trabajarás la de tu bufete
Nunca hay que dejar de pensar colectivamente cuando trabajamos nuestro branding personal, ni viceversa. Ambas identidades se retroalimentan y, correctamente tratadas, pueden ser la clave del éxito.
Potenciar nuestra presencia en aquel marco profesional en el que destaquemos. Seguro que tenemos especial habilidad para una rama de la profesión, si es así, dirigir nuestros contenidos (blog, rrss, web corporativa, ponencias, entrevistas, artículos…) en esa dirección. Cuanto más específica sea la rama, más fácil nos será posicionarnos.
¿Cómo sacarle partido a nuestra imagen profesional?
Publicitarse a sí mismo, los logros y aptitudes en aras de construir una identidad profesional completa que los demás fácilmente identifiquen y puedan admirar. Y hacerlo en las plataformas idóneas donde sepamos que habitan tanto usuarios como los profesionales de nuestro sector. Hay que ser visibles.
Cuestión muy importante al respecto es la coherencia. En imagen y mensaje. Que una vez se lea, transmita la ética de trabajo adecuada y destacada a ojos de directivos, compañeros de trabajo o miembros de departamentos de recursos humanos que queramos y realmente nos defina.
Branding personal como herramienta de captación de clientes
Haceros esta pregunta: ¿En quién confiamos más, en una empresa o en sus empleados? Cuando hablamos de despachos pequeños o bufetes desconocidos, seguir el rastro digital (offline y online) de sus socios o de sus abogados asociados por ejemplo (algo sencillo de hacer), nos dará seguridad a la hora de elegirlos para representarnos. Tiene lógica si lo pensáis, ya que van a ser esas personas las que con sus habilidades y conocimientos nos defiendan en los litigios por los que los hayamos contratados. No una marca o logo.
Ser honesto con nuestros logos profesionales
Generar confianza es algo que se consigue con el paso del tiempo, día a día, proyecto a proyecto, no algo que se logra de la noche a la mañana. Ser constante y coherente en nuestro trabajo es el único camino para potenciar nuestro branding personal y que nos pueda (y a nuestro despacho) dar réditos.
Falsear nuestros méritos y capacidades nunca será una práctica recomendable. Tened en cuenta que con la misma facilidad con la que se engorda una ficha personal o un perfil en redes sociales, se puede rastrear la trayectoria de esa persona en torno a ese título o logro asignado.
En un solo momento se puede tirar por tierra todo el trabajo realizado durante años forjando tu branding personal, tu huella digital.
Bufetes de la mano de sus letrados
Una máxima en el sector legal: Los bufetes jurídicos van unidos indefectiblemente al éxito, integridad y experiencia de sus abogados. A través de sus conocimientos y claro, los casos de éxito, los despachos profesionales se potencian con la reputación de los letrados.
Por lo tanto, en Comunicación Jurídica queda meridianamente claro que el branding personal de los abogados tiene una relación directa con la propia identidad y reputación corporativa del despacho, gestoría o asesoría. Hemos de ser pulcros, detallistas con la huella digital que dejamos tras de sí diariamente. Porque recordad, confiamos más en las personas que en las marcas.