El futuro se escribirá mañana
El mundo va tan rápido que lo que piensas y escribes hoy mañana está caduco. En una reunión con profesionales que se dedican a la innovación disruptiva, me comentaron que vivimos en un mundo que innova de manera exponencial.
Y a los humanos no nos han educado para soportar esta exponencialidad. Sufriremos. De ahí la importancia de la inteligencia adaptativa.
Intentar hacer previsiones a medio y largo plazo es una apuesta de alto riesgo. La tecnología avanza de manera tan exponencial que las profesiones más demandadas dentro de 20 años no existen a fecha de hoy. Y en todo este contexto… los abogados ¿qué pintan? Pues a mi modo de ver mucho. Tengo claro que será una profesión que como muchas se tendrá que adaptar, pero seguro que acompañará a este nuevo mundo que se está creando. No desaparecerá como otras.
Por lo tanto se abre una gran oportunidad para los jóvenes abogados. Un abogado de éxito debe saber mucho derecho, tener habilidades necesarias para la profesión: empatía, liderazgo, trabajo en equipo, oratoria, idiomas, conocimientos empresariales y por supuesto conocimiento tecnológico.
El mundo es multicultural, global, interdependiente y tecnológico. Hay que saberlo. Y se necesitarán buenas leyes y profesionales del derecho para regularlo con criterios de justicia y humanidad.