Cuestión de confianza
Hace pocos años las marcas eran un logo, un eslogan, un anuncio… Ahora hay que dar un paso más: las marcas deben ser humanas. Las que se preocupan del bienestar de las personas, y miran más allá de la cuenta de resultados y de los dividendos, tendrán éxito.
Vivimos en un mundo en el que gracias a las nuevas tecnologías conocemos la gran cantidad de productos y servicios que las empresas ofertan. Se puede acceder a esta información de manera rápida, cómoda y segura. Con un simple clic y desde el sofá de casa. Más fácil, imposible. Durante muchos años personajes con profesiones diversas –gurús y profetas de lo negativo– auguraban que la revolución tecnológica iba a provocar la deshumanización de la sociedad. Aunque puede que tengan razón en algunos aspectos, en el ámbito de las marcas el efecto ha sido justamente el contrario. La aparición de internet y las redes sociales ha ayudado a humanizar las marcas.
Pero… ¿Qué buscan las marcas?