Los abogados odian el marketing
En España hay miles de abogados, graduados sociales, procuradores, economistas, notarios, en definitiva profesionales que trabajan por su cuenta y venden sus servicios. Una gran mayoría de ellos basan su captación de clientes en su red de contactos personales.
Una web de contactos profesionales me contaba recientemente que el 50% de los potenciales clientes que proporcionan a sus suscriptores no eran atendidos.
Una mayoría de abogados creen que hacer publicidad, en definitiva darse a conocer, devalúa su posición en el mercado. Otros, cuando tienen un bajón de facturación, gastan en lo primero que se les pone por delante sin un plan ni estrategia definida.
Los profesionales liberales cometemos el error de pasar lo urgente por delante de lo importante. Tenemos que aprender que nosotros mismos y nuestro negocio tenemos que ser nuestro primer cliente.
Un abogado ha de saber que no cuidar mínimamente la imagen de su firma, no estar presente de forma adecuada en la red y no tener una estrategia de relación con sus clientes es regalar oportunidades a la competencia y ponerse palos en las ruedas.
La primera decisión no ha de ser nunca la de gastar miles de euros, en la mayoría de ocasiones es innecesario. El primer paso es hacer un rápido chequeo de como estamos y que debemos mejorar: ¿tenemos una web adaptada para ser vista en el iPad o el móvil? ¿tenemos una web actualizada? ¿sale el despacho en Google Maps? ¿se encuentra fácil el teléfono? ¿qué información reciben nuestros clientes?
Un despacho unipersonal o compartido entre varios profesionales no aspira a tener los clientes de un firma multinacional pero puede tener buenos clientes construyendo una buena reputación basada en una imagen actual y sobre todo siendo fácilmente localizable.
Nadie va a un restaurante sin una buena web o realiza un viaje sin bucear en la red. En la misma línea entre seleccionar una profesional u otro para realizar una consulta, el que no tenga presencia en la red y no sea la adecuada por mucho derecho que sepa y experiencia que tenga está condenado a lo sumo a sobrevivir.